Poética de la pedagogía; por Ana Díaz Acosta

La concepción de la pedagogía como ciencia social que, exclusivamente, estudia y reflexiona teorías educativas responde a una ínfima parte de lo que la constituye. Si nos adentramos en su poética como parte profunda de la misma y aplicando, en este caso, la teoría del iceberg de Ernest Hemingway, podemos conocer profundamente lo que implica esta ciencia. 


Podría nombrar aquí la cantidad de veces que me han preguntado en qué consiste la pedagogía y no terminaría de escribir en un largo periodo de tiempo. Pero os comento, esta ciencia tuvo su origen en tiempos pasados aún sin ni siquiera tener nombre propio. Una muestra retrospectiva es que antes de institucionalizarse como ciencia social integrada en el sistema educativo, ya se tenía consideración por la pedagogía en civilizaciones orientales como la egipcia o integrada en discursos de pensadores como Aristóteles y Platón donde exponían la necesidad de planificar la acción educativa. 
He aquí el que me parece el quid de la cuestión ya que, esta ciencia requiere de la fuerza del pensar y reflexionar tal como la poesía. El punto de convergencia de la organización del acto educativo está en hacer visible y presentes las diferentes realidades. Producir y rehacer la praxis con la intención de mostrar una nueva forma de ver y estar en sociedad, más allá de las exigencias de la lógica (y de los “colores” de las instituciones). Podríamos decir que la pedagogía es el “verbo” de la acción educativa tal como esta se entiende, donde el lenguaje es la base en la que se sostienen las herramientas, métodos, técnicas y metodologías que se estudian y se llevan a cabo. Por esta razón, puedo hilar el uso del lenguaje con un pequeño discurso del pedagogo Gianni Rodari en el que manifestó lo siguiente: “El uso total de la palabra para todos me parece un buen lema, de bello sonido democŕatico. No para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo.” 

Al respecto declaro que la interdisciplinariedad de la pedagogía es capaz de nutrir y nutrirse de otras ciencias tan importantes como la filosofía, política o la psicología. Aunque también, pienso que debemos ser conscientes de que la “columna vertebral” de la pedagogía está en la educación en todas sus acepciones. 
Es por ello, por lo que los pedagogos y pedagogas buscamos la belleza reordenando los desperfectos que se acumulan en las sociedades actuales, así como cambiamos la apariencia de dentro hacia fuera, de lo implícito a lo explícito y de la teoría a la práctica. Esta es la verdadera poética de la pedagogía.






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