¿Sabían ustedes que el decreto de Prevención de Riesgos Laborales recoge que no debe impartirse clase por debajo de los 17 grados? Pues en estos días, con una ola de frío castigando la península y en medio de la tercera ola del covid, en las aulas de nuestros colegios se está impartiendo clase a unos diez grados de temperatura. Lógicamente, en años anteriores también hubo olas de frío, quizá hasta más frías esta, pero el problema viene dado porque hay que mantener puertas y ventanas abiertas como medida anticovid.
Nuestras niñas y niños, como ya dije anteriormente en algún que otro artículo de esta misma columna, han sido y siguen siendo ejemplo de comportamiento, y tenemos que hacer todo lo posible por protegerlos. Además del riesgo a pillar una pulmonía, es que nadie se puede concentrar cuando está aguantando el frío, ni es de recibo tener que estar sentado en un pupitre con el chaquetón puesto, con bufandas, guantes, gorros de lana, incluso mantas.
¿Soluciones por parte de la administración? Pocas. Aún estamos esperando que la Junta de Andalucía ponga en marcha la Ley de bioclimatización que el Parlamento aprobó por unanimidad el pasado año. Esa Ley, se suponía, serviría para mejorar las condiciones térmicas y ambientales en los centros educativos andaluces. Pues nuestro gozo en un pozo.
Pero miren, el consejero de Educación, el señor Javier Imbroda, ante las denuncias públicas que, tanto familiares del alumnado a título individual, como plataformas, sindicatos (CNT, USTEA, CGT, etc.), ampas y docentes están llevando a cabo, ha dicho en los medios de comunicación que “se ventile diez minutos durante los cambios de clases donde haga mucho frío”. También a aconsejado a los alumnos a “acudir un poco más abrigados”. Estas declaraciones están recogidas en la prensa y se pueden consultar. A mí humilde opinión, el señor Imbroda debería mostrar un poco más de respeto a la Escuela Pública. Un político no puede hablar así sin enseñar antes algún informe científico que lo respalde.
Yo me pregunto, ¿a qué temperatura tendrá el señor Imbroda su despacho? ¿Trabajará ataviado con abrigo, guantes y gorro? Si los políticos que padecemos en este país tuvieran criterio habrían retrasado el inicio del curso, al menos, hasta que pasara esta ola de frío y el peligro de contagio proveniente de las reuniones en las fiestas navideñas. Pero parece que interesa más mostrar una imagen de normalidad y buena gestión de cara a la galería, cosa totalmente falsa, al contrario, se están tomando decisiones desde la más temeraria improvisación y falta de previsión. Ahí están los datos, por mucho que los quieran maquillar, son los que son. En fin, poco pasa.
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