En todo país hay siempre un escritor o escritora de referencia para millones de personas, no solo en lo literario, sino también en lo político, social y humano. Una persona que a través de sus palabras en público y a través de sus palabras reflejadas en textos y convertidas en obras influyen, inspiran y transmiten seriedad y calidad a un gremio tan complejo y al mismo tiempo tan difícil de entender como es la literatura.
Almudena nació en Madrid, en el año 1960. Se ha distinguido por sus posiciones políticas de izquierda, habiendo mostrado su apoyo público a Izquierda Unida, por ejemplo, en las elecciones generales de 2011, aunque posteriormente no se posicionó por ninguna fuerza política concreta ya que según ella “ninguna la representaba completamente”.
En una entrevista concedida en abril de 2010 la preguntaron si tenía el corazón inclinado a la izquierda, ella respondió: “como tantas otras cuestiones ideológicas vitales dentro de las que se asienta su pensamiento, se hizo de izquierdas leyendo”.
En alguna otra ocasión señaló que España, a lo largo de la primera década del último siglo, se ha convertido en un país de horteros y borricos. Una sociedad muy desagradable e insensible, llena de gente indiferente al sufrimiento y sumida al consumo y al materialismo.
Los besos en el pan (2015), es su obra más reciente, centró la novela en la temática de la crisis española de 2008, ya que sacudió a las clases sociales altas y bajas. Reivindicó la idea de “volver a vivir con dignidad, como nuestros abuelos”.
Toda la obra de la autora gira en torno a la posguerra y a la transición española. Afirmó que la cultura oficial que ha adquirido mayor difusión tiene mucho que ver con la revisión silenciosa y evasiva que mantuvo la generación de “los abuelos”; versión de la que se han alimentado generaciones posteriores, según opinó ella, “incapaces de comprender en su totalidad la historia contemporánea española debido a este silencio generacional”.
Tuvo su opinión sobre el franquismo, declarando que fue una dictadura prototípica debido a su certera aplicación del terror; se sembraba toda esa represión desde el gobierno para que nadie se moviera, ni siquiera para cambiar las cosas. La transición española fue exhibida como un modelo en el resto de países del mundo, especialmente en los de América Latina. Desde el punto de vista institucional, para ella la transición tuvo éxito sin precedentes: “introduciendo una democracia inédita y ejemplar; sólida y real”. Pero desde el punto de vista moral, opinó que aun treinta años después de su implantación ha resultado un fracaso en tanto ideología para la generación sucesiva “no reconociendo las reglas del juego establecidas en los años 70”.
Fue la voz del pasado y de aquellos que quedaron atrás. Declaró que la literatura es “vida para la gente que está viva, además de tu propia vida, otras muchas más”. La literatura “da alas y eleva a los lectores sobre la realidad”.
Autores como Benito Pérez Galdós, Daniel Defoe (especialmente su Robinson Crusoe) y Omero con su Odisea influyeron en sus obras. Cervantes, a través de sus obras, le enseñó a construir historias complejas con pequeñas historias dentro de otras más extensas.
Ganadora de prestigiosos premios como Premio a la Coherencia de 2002 (otorgado por la Asamblea Local de IU de Guardo, Palencia). Premio Nacional de Narrativa (2018) otorgado por el Ministerio de Cultura, por Los pacientes del doctor García. Nombrada Doctorada Honoris Causa por la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia). Premio Jean-Monnet de Literatura Europea 2020 por Los pacientes del Doctor García.
Sus obras han tenido gran repercusión y relevancia llegando a miles y miles de librerías; incluso a la gran pantalla. Una de las figuras más importantes de la literatura española, que dio voz a muchos a través de sus libros y sus libros permanecerán para siempre alumbrando la calidad literaria de cada estantería.
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