El circo, entre los olivos de Prado del Rey; por Paqui Muñoz

En estos últimos días las redes, los barrios virtuales, como yo los llamo, andan algo revolucionados con publicaciones , reportajes, vídeos, crowdfunding, etc. Todo en torno a una idea, a un proyecto cultural denominado “Circolivo”, una iniciativa surgida de Marina Mariscal y Álvaro Vázquez y que se está gestando en Prado del Rey, un pueblo pequeño en dimensiones, pero enorme en inquietudes culturales.

Cuando el pasado año, en pleno confinamiento, Marina me habló del proyecto lo encontré muy atractivo, me encantó la idea y me encantó más aún el enfoque social, cultural, de integración, de inclusión con el que pretendían revestirlo. He de decir que Marina (quien la conoce lo sabe) tiene una fuerza y una energía a la hora de transmitir que seduce y rápidamente te dejas llevar por sus argumentos, aparte de que los argumentos eran muy convincentes, ya que el proyecto no tenía precedente, era totalmente innovador y vendría a paliar las carencias de experiencias artísticas de este tipo, que por razones obvias se dan más en las ciudades.” Sí, mamá, queremos difundir las artes circenses a través de talleres, cursos y demás actividades”, y añadió “el circo será una herramienta de cambio social, un mecanismo de empoderamiento personal y artístico que ayudará a desarrollar las habilidades que las personas llevan dentro”, y siguió esgrimiendo razones a las que no se me ocurría poner ni una sola pega: “ nuestros objetivos son muy claros, transformación social y personal a través del arte, respeto absoluto al entorno del medio rural y la defensa de la igualdad, la solidaridad, la no discriminación y la diversidad, tanto dentro como fuera de los escenarios. Queremos promulgar los valores éticos a través del circo”.

Todas estas explicaciones me enamoraron al instante. Lo encontré fascinante y casi revolucionario. Ella seguía hablando y yo seguía enamorándome más y más de aquella hermosa idea: “Impulsaremos campamentos artísticos infantiles y juveniles, promoveremos laboratorios de creación para jóvenes y adultos que deseen sacar a la luz su potencial artístico” ¡No me digan ustedes que no es para dejarse seducir, flipando me tenía la niña! Y a mí que no me hace falta nada para imaginar y soñar, pues allá que me puse yo a visualizar los talleres, los cursos, en los que niñas y niños se olvidarían de las pantallas, de los ordenadores, móviles y demás cacharros y se afanarían en hacer malabares, bailar cariocas, hacer volteretas, colgarse del trapecio y arreguindarse a las telas, hacerse creativos…Era una idea alucinante, al menos yo alucinaba. Imaginaba así mismo una Gala de circo, llena de colorido, música en directo, teatro y toda la puesta en escena que un evento de estos conlleva, esa estética, casi mágica que lleva aparejada el circo: la vestimenta, el maquillaje, los brillos, el decorado, las luces…

En éste estado de ensoñación estaba yo cuando de repente le pregunté a Marina ¿Y de dónde vamos (me metí sin que nadie me invitara) a sacar el dinero para semejante proyecto? La casa está inhabitable y le hace falta mucho, mucho dinero para que medio sirva. “Ya sabes, hija, que ni yo quitando pelos ni la madre de Álvaro haciendo pan, podemos ayudaros económicamente”, pero Marina, como es joven y la juventud rara vez encuentra obstáculos para nada, me respondió “tú tranquila que todo se andará”.

 ¡Ay que ver lo poderosa que es la juventud…!

No voy a contar, porque harían falta muchísimas páginas, lo que esas criaturas, Álvaro y Marina, llevan trabajado para medio adecentar una parte de la casa, el patio, en el que están derrochando ahorros y energías a partes iguales. Quedará genial y allí podrán llevarse a cabo (cuando las circunstancias sanitarias lo permitan) montones de actividades culturales. No obstante, y a pesar de todo, el dinero no llega para adquirir los materiales que precisan para iniciar  los talleres y cursos previstos. De ahí, de la pura necesidad, surgió la idea de lanzar un crowdfunding, palabreja con la que la gente no estamos familiarizadas, bueno yo sí, ya que he sufrido varios. Se trata de una forma de micromecenazgo, un tipo de financiación colectiva. Las personas que creen en el proyecto aportan dinero y a cambio reciben una serie de “recompensas” que irán en función de los aportes hechos.

Lo cierto es que ésta idea está siendo acogida con mucho entusiasmo por la población, ya que en las primeras veinticuatro horas se recaudaron algo más de mil euros. Luego se ha ralentizado, pero las aportaciones siguen sumando poco a poco. En estos momentos van por algo más de mil ochocientos euros. Aún falta mucho para llegar a la cantidad que precisan, pero yo confío en que lo logren más pronto que tarde.

Éste sábado, los promotores, Álvaro y Marina, han organizado una Gala de Circo que tiene dos objetivos, mostrar las distintas  artes circenses que se llevarán a cabo cuando el proyecto se consolide, a través de cursos y talleres, y recaudar fondos para ayudar con los gastos de la Gala, ya que vienen numerosos  artistas de fuera que, aunque lo harán gratis a beneficio de la causa, tienen gastos de desplazamiento, comida y alojamiento.

En fin, que en síntesis, esta es la idea del proyecto llamado “Circolivo”. Decir, por último, que Marina es una gran enamorada de su pueblo y que ése amor lo plasma en todos los detalles de éste proyecto. El logotipo de la Compañía “Arsalabrasa” lleva dibujada la rueda de carreta impresa tanto en la bandera del pueblo como en el escudo. Ella habla de Prado del Rey y se le llena la boca en alabanzas y ponderación. Ni que decir tiene que el pueblo se enriquecerá con éste proyecto, ya que a medio y largo plazo se llevarán a cabo Encuentros y Hermanamientos a nivel  nacional, lo que conllevará que cientos de personas acudan a nuestra localidad, tanto la hostelería, comercios, alquileres y demás negocios se verán beneficiados, sin duda. Al igual que ocurrió con la ruta de los Bandoleros, que con el tiempo se convirtió en un acontecimiento nacional y es un incentivo económico para nuestra localidad (¡ojalá y vuelva pronto a celebrarse!).

Pero aparte de todo lo dicho hay algo mucho más importante y es la cultura, ya que ésta es sinónimo de prosperidad, de enriquecimiento y de luz. Nuestro pueblo ya apostó por ella hace más de cien años, cuando apenas había recursos para vivir, creando la “Casa de la Cultura”, impulsada por unos cuantos pobladores que tuvieron muy claro que la cultura es el motor que mueve a los pueblos.

Desde ese precedente que nuestra reciente historia pone de manifiesto, yo pediría que apostemos una vez más más por la cultura, que apoyemos éste bonito proyecto y que con el tiempo nos encontremos por la calle a gente, niñ@s y adultos, con zancos, con malabares, con cariocas y que sea algo habitual que forme parte de nuestro día a día. Con un poquito de muchos se pueden lograr las cosas más sorprendentes. ¡La cultura es latido y es vida. Apostemos una vez más por ella!




Enlace al mecenazgo del proyecto CIRCOLIVO: https://www.goteo.org/project/circolivo 

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