Recordando aquel suceso en Benaocaz donde se soltaba un toro y un joven era malherido, me da por escribir este artículo.
En ese febrero de 2020 resulta que para
"celebrar" a saber qué (porque cuando hay víctimas de por medio no
hay nada que celebrar) es de antaño conocido que se sueltan toros en las calles
de Benaocaz.
Y la pregunta es: ¿dónde está la
diversión... en hacer sufrir a un animal o en ver cómo algunos y algunas
corretean delante y alrededor del toro haciéndose el/la valiente hasta que
ocurren desgracias?
Y es que es una "actividad" tan
bochornosa como inhumana a la vez que medieval...
Y parece que al ser humano le gusta el
morbo, y a veces ese morbo viene provocado en la dichosa "fiesta" por
la cogida de una persona.
¿Hasta cuándo vamos a permitir que se
pongan vidas en peligro y se sigan repitiendo estos hechos?
¿Acaso la Sierra de Cádiz no merece otro
reconocimiento distinto que el de los desastrosos "espectáculos"?
Sinceramente, da mucho que pensar cuando a
la gente le divierte este tipo de cosas y da mucho que pensar cuando no sacamos
verdaderamente el potencial que tienen nuestros preciosos pueblos.
Y es que, como dice mi amigo Manolo Cabello de Ubrique: "La tauromaquia en todas sus vertientes embrutece a las gentes alejándolas de la cultura, el progreso y la compasión.
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