Las monedas de Judas; por Miguel Ángel Rincón Peña

Hará cosa de unos diez años, el que esto firma pensó en escribir un artículo de opinión sobre Judas Iscariote, incluso empecé a documentarme sobre este personaje tan denostado por toda la cristiandad. La cuestión es que, no sé muy bien por qué, lo fui dejando de lado, olvidándolo en algún oscuro y recóndito lugar de mi disco duro.

Hace tan solo unas semanas se estrenó la nueva serie de Álex de la Iglesia titulada “30 monedas”. Cada semana se emite un episodio de los ocho que completan la primera temporada. Les haré una breve sinopsis (sin hacer spoiler) para que se sitúen: el argumento principal va sobre las 30 monedas con las que el apóstol Judas, supuestamente, traicionó a Jesucristo. 2000 años más tarde de aquel hecho, una de esas monedas aparece en un pequeño pueblo de España, desencadenando a su vez una serie de sucesos sobrenaturales que amenazan con destapar turbios secretos del Vaticano y acabar con todo el género humano. Mientras tanto, un cura, que también es exorcista, boxeador y ex presidiario, acompañado por un ingenuo alcalde y una inteligente veterinaria, intentarán solucionar tal embrollo desvelando el significado de la extraña moneda. También se hace referencia a los cainitas, una especie de secta que veneraba a Caín (sí, ya saben, el que mató a su hermano Abel con la quijada de un burro). Dios condenó a Caín a vagar por la tierra (¿recuerdan el poema de Machado?) y le colocó una marca particular para preservar su vida ante los humanos. En fin, a lo que iba, que los cainitas, además de adorar a Caín, rendían culto a todos los condenados por Dios, por lo que Judas era uno de sus predilectos. Fueron ellos los que mencionaron por primera vez el evangelio de Judas allá por el siglo II, siendo declarado apócrifo por la Iglesia Católica. En ese evangelio se valora positivamente la figura del apóstol Judas, pues según se cuenta en él, Judas no traicionó a Jesucristo, si no que seguía un plan elaborado por el propio Jesús. También afirma que el apóstol preferido por el mesías era Judas y no Juan. Evidentemente, los cuatro evangelios canónicos echan por tierra estas teorías.  

Lo cierto es que me parecía un poco oportunista hablar de este tema ahora que la serie lo ha puesto de moda, pero siguiendo el consejo de David Romero, poeta, filósofo y buen amigo, he rescatado parte de mi idea inicial de hace ya una década, para poner en evidencia que existen otros puntos de vista, diferentes postulados sobre la figura histórica de Judas Iscariote, vilipendiado por mayorías y ensalzado por minorías pasadas. Ahora, si les pica la curiosidad, pueden investigar y sacar sus propias conclusiones al respecto. En cuanto a la serie, véanla si tienen tiempo. Feliz semana.  



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