«El cosmos es todo lo que es, todo lo que fue y todo lo que será. Nuestras más ligeras contemplaciones del cosmos nos hacen estremecer: sentimos como un cosquilleo nos llena los nervios, una voz muda, una ligera sensación como de un recuerdo lejano o como si cayéramos desde gran altura. Sabemos que nos aproximamos al más grande de los misterios».
Carl Sagan.
Puede parecer contradictorio, pero a veces es necesario quedar en la más absoluta oscuridad para poder contemplar la luz. Ese es el caso que nos ocupa hoy, cuando todo un pueblo se quedó a oscuras para ver mejor la lluvia de estrellas.
La contaminación lumínica nos priva, en gran medida, de poder observar la bóveda celeste en todo su esplendor. Desde nuestros pueblos, y mayormente desde nuestras ciudades, pasaría casi desapercibido el paso de una estrella fugaz, por eso, en Prado del Rey, pueblo-jardín enmarcado en la Ruta de los Pueblos Blancos, se decidió desde la Delegación de Turismo y Fiestas del Ayuntamiento, apagar el alumbrado público durante una hora, de 00:00h., a 01:00h., para que sus habitantes pudieran ser testigos desde sus balcones y terrazas del gran espectáculo de las Perseidas, todo ello a pesar de los focos que algunas personas montaron (no sé con qué intención) en sus azoteas, y que molestaban bastante.
Habitualmente, la gente se suele alejar del pueblo para ver dicho espectáculo estelar, y van a lugares como el Cerro Verdugo, Las Lomas, etc. Precisamente es eso lo que las responsables del Ayuntamiento querían evitar: las aglomeraciones en esos lugares, donde además de observar estrellas, también se aprovecha, como quién no quiere la cosa, para hacer botellón.
Las Perseidas, o “Las Lágrimas de San Lorenzo”, como los católicos suelen llamarlas, por coincidir este evento con la fecha en que quemaron vivo al mártir Lorenzo de Roma, no son otra cosa que partículas de polvo del tamaño aproximado de un grano de arena, que van dejando tras de sí los cometas alrededor del Sol. Las estelas luminosas se producen cuando esas motas de polvo interestelar atraviesan la atmósfera terrestre, volatilizándose y dejando un espectáculo único.
Yo sólo pude ver cuatro estrellas fugaces, pero contemplé, al Este, como despuntaba Marte por la sierra Margarita, y a Casiopea señalando el Norte, y al Sur Júpiter, Saturno y Plutón.
En fin, no quisiera concluir este breve artículo sin felicitar a las artífices de este apagón lumínico (al que se unieron también otros pueblos cercanos como Algar y Bornos), por brindarnos una noche tan mágica de estrellas fugaces y deseos, ojalá se nos cumplan todos.
A continuación, exponemos un par de fotografías de la mencionada noche estelar; son espectaculares. Y no olviden, de vez en cuando, echar la vista al cielo nocturno, no existe inmensidad más bella que el universo.
Muy acertada la cita d Sagan. Yo no pude ver ninguna :(
ResponderEliminarLa cita de Sagán es exactamente lo que siento cuando cada verano subo con mi madre a charlar a la azotea. Este año, pausa forzada, pero como cada año, charlamos en el teléfono como siempre 🙂
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