Seguramente casi todos, alguna vez en la vida y sobre todo de pequeños hemos convivido con un animal que nos ha hecho compañía, al que hemos sacado a pasear, con el que hemos jugado y compartido muchos momentos en los que incluso llegó un día que el lazo del cariño se hizo fuerte hasta convertirse en puro sentimiento y ese sentimiento nos mentalizó en que en vez de un simple animal de compañía ya era parte de nuestra familia y nuestra vida.
Para una parte de la población, por desgracia, en pleno siglo XXI los animales son como objetos. Objetos de usar y tirar, objetos que cuando no les agradan o no hacen y/o sirven para hacer lo que quieren se ven con el pleno derecho de maltratar o abandonar en un lugar incluso olvidadizo.
Damos por hecho que muchísimas veces habréis escuchado expresiones tales como... "El perro es el mejor amigo del hombre". " No animal más peligroso en el mundo que el ser humano". Son frases que escuchamos en la radio, en la televisión, en la plaza de nuestro barrio, incluso leemos en la red social...
Es cierto, por ende, y no por ello nuestra intención es criminalizar ahora a nuestra especial humana, que las atrocidades más horroríficas jamás vistas, contadas y leídas han sido llevadas a cabo por el ser humano. Entonces..., ¿es cierto que el animal más peligroso del mundo es el ser humano?, ¿qué diferencia hay, a priori, entre un animal y un ser humano?
El comportamiento animal es la forma en la que todos los animales actúan y buscan un ambiente adecuado para sus necesidades, cómo obtienen nutrientes de los alimentos a su alcance y otras moléculas como el agua y el oxígeno.
La diferencia entre entre el ser humano y los demás animales es que estos últimos están más condicionados por su genética. Los animales se limitan a hacer un programa genético. La mayoría de sus actos son automáticos.
El comportamiento humano se caracteriza porque su conducta es espontánea y no la repetición de una pauta heredada. Un ser escoge y decide lo que hace, puede considerarse un agente voluntario.
Pongamos de ejemplo, a continuación, una serie de diferencias para situarnos:
1. Los seres humanos tienen conciencia, mientras que los demás animales no.
2. Los seres humanos nos guiamos por la razón, los demás animales por el instinto.
3. Los animales no humanos son solo agresivos porque tratan de defenderse o defender (su comida o a sus crías), mientras que el ser humano es agresivo por diversos motivos, incluyendo conducta propia.
4. El ser humano es capaz de juntar variada información para generar un conocimiento superior que le ayude a resolver problemas complejos.
5. El ser humano puede crear y entender representaciones simbólicas a través de la percepción de los sentidos, los demás animales no.
6. Los animales no humanos comen porque tienen hambre, el ser humano lo puede hacer por placer o gula.
7. Los animales no humanos no dominan el manejo de herramientas como medio de resolución de problemas.
Hasta aquí podemos empezar a comprender de manera psíquica y hasta biológica nuestros comportamientos con respecto al de los animales. Pero dado que éstas características se nos ha otorgado, ¿tenemos el derecho de ser "la especie dominante"?
Y con respecto a nuestro comportamiento con los animales hay uno de los tantos que jamás entenderemos: el abandono animal. Y es que recogemos un dato que es escalofriante: en España se abandona cada año a más de 100.000 perros y gatos. Algunos acabarán atropellados, muertos de hambre, muertos de sed...Y otros acabarán en perreras o en protectoras. Con suerte, y es mucho hablar ya que el abandono no es ninguna suerte, a éstos animales los recogerá una protectora de animales y les darán los cuidados que se merecen mientras buscan una familia. Si acaban en perreras, estarán condenados a la muerte, al igual que si se pasan días, semanas, meses...vagando por las calles.
Aquí queremos recalcar la importancia del microchip, ya que muchos animales se pierden y a través de él se puede encontrar a su familia. También así se evitarían muchos abandonos, y es que el microchip contiene toda la información del animal y su familia. Tenemos que recordar que en España es obligatoria la identificación de los animales de compañía, y es por ello que nos preguntamos lo siguiente: Si nosotros, los animales humanos tenemos un DNI con el que nos identifican, ¿por qué con los animales no humanos no tenemos la misma responsabilidad, por el bien del propio animal?
Y pensando en los posibles destinos que puede tener el animal abandonado, como hemos comentado anteriormente, sería acabar en una protectora. En ellas podemos encontrar muchos animales que están deseando encontrar una familia y tener un hogar. Animales que llevan días, meses e incluso años para poder sentir el calor humano, ese que nunca tuvieron de verdad. Así que , en vez de comprar un perro o un gato, aconsejamos que se adopte a un animal. Con la compra de animales incentivamos maltrato animal, el de la cría y explotación de la hembra para sacar el máximo rendimiento y beneficio a costa de otros. Desincentivaríamos la explotación animal, y dejaríamos de apoyar un sistema capitalista basado, como ya hemos comentado antes, en sacar máximo beneficio a costa de un ser que sufre.
Un animal de compañía puede llegar a sacar el lado más bueno de nosotros mismos, y además hacerles a ellos los más felices del mundo porque por fin han encontrado un humano que los quiera para siempre. No entendemos cómo un miembro más de tu familia, que eso es lo que son, puedes dejarlo ahí tirado como si fuera un trapo viejo y sucio o cómo sacar rendimiento económico de ellos perjudicando su salud tanto física como psíquica, y otros tantos comportamientos que tenemos con ellos que son reprochables.
Así que no viene de más recordar una frase de Mahatma Gandhi que viene como anillo al dedo en este asunto: "La grandeza de una nación y su progreso moral puede ser juzgado por la forma en que sus animales son tratados."
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