En estos meses hemos vivido una situación dura y extraña, hemos pasado de estar viviendo en la normalidad a estar confinados en nuestras casas, limitando así nuestros movimientos en la calle como lo hacíamos habitualmente.
Pero... ¿nos hemos parado a pensar que esta situación la viven los animales que se encuentran encerrados en zoológicos y acuarios?
Por nuestra experiencia en estos meses de confinamiento ya podemos conocer los sentimientos que tienen estos animales: no poder socializarse, no disfrutar del aire y del sol, no poder correr o caminar por la naturaleza... Produce así en ellos una tristeza inmensa y un estrés brutal que se refleja en estereotipias, esto es, movimientos repetitivos que indican la falta de bienestar animal.
Por suerte para nosotrxs esta situación que estamos viviendo es pasajera pero para los animales, desgraciadamente es una situación que se repite a diario: no ven el momento de poder tener libertad.
Así pues los zoológicos y acuarios son cárceles para animales al igual que nosotrxs nos hemos podido sentir prisionerxs en nuestras propias casas al no poder tener toda la libertad que quisiéramos.
Ya ha ocurrido en varias ocasiones que los animales se han suicidado en acuarios y zoológicos; uno de los casos que podemos destacar en un parque acuático de Japón donde los delfines se lanzan contra un vidrio para producirse lesiones debido a los altos niveles de estrés que soportan.
Otro ejemplo más del sufrimiento de los animales ocurre en EE.UU donde otra orca criada en cautividad durante 10 años decidió suicidarse golpeándose varias veces en un muro de hormigón.
Damos por hecho que entonces el verdadero confinamiento es el de estos animales y no el nuestro, que como ya he comentado arriba ES PASAJERO y que quedará como un mal recuerdo en nuestras vidas.
Por lo tanto si algo hemos aprendido y reflexionado durante este tiempo es que los animales no están aquí para nosotrxs y que nuestrxs caprichos influye en los sentimientos de lxs demás.
En nuestra mano está concienciar y educar que los zoológicos y acuarios no son lugares adecuados para los animales y que allí no son plenamente felices tal y como nosotrxs mismxs hemos podido experimentar en nuestras carnes en condiciones similares.
Ojalá que en la nueva normalidad podamos sentir más empatía hacia los animales y aprender a respetarlos y cuidarlos como habitantes que son de nuestro planeta, repito nuestro planeta y nosotrxs somos una especie más entre tantas otras.
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